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«La palabra khadi se refiere a una tela, usualmente de algodón, ambos hilada y tejida a mano en casa».

Siguiendo la sabiduría de Mahatma Gandhi, él fue más allá del tejido mismo: propuso el autoempleo y la autosuficiencia para las comunidades rurales de la India, reduciendo su dependencia de la industria textil de Gran Bretaña.

“No basta con decir que el hilado a mano es una de las industrias que hay que reavivar. Es necesario insistir en que es la industria central, la que debe atraer nuestra atención si queremos restablecer la vida rural.”

— Mahatma Gandhi

Hilar y tejer nos permiten conectar con el sentimiento de la independencia. Es una forma muy noble de contribuir con una mejor distribución de los recursos.

La creación de un estándar de hilo proporciona ingresos suplementarios importantes y la posibilidad de empleo ilimitado. Los carpinteros locales reproducen la rueca honorable traída de la India; El símbolo del dharma en movimiento.

Para entender más afondo nuestra filosofía por favor de ver: →Un poquito de Gandhi en Oaxaca.

Ser el cambio que uno desea ver en el mundo es una tarea difícil, pero no imposible. Todos podemos dar pasos hacia esa meta. Muchas veces, es necesaria una luz que nos guíe, como las grandes almas de Mahatma Gandhi o un humilde aldeano, y nos muestre el camino. La mayoría de nosotros, por desgracia, estamos inmersos en un mundo desequilibrado y muy poco sostenible. Una manera en la que podemos ser este cambio es a través de las cosas que consumimos. La elección es nuestra, cada decisión que tomemos, sea pequeña o grande, puede ser el cambio que deseamos ver.

Nuestra Historia

Todo comenzó en 1974, cuando Marcos (Mark Brown), de 14 años, llegó a San Sebastián en busca de magia. Aquí lo trajo Donaciano López, el bisabuelo de Eliseo Ramírez (uno de los responsables de Khadi Oaxaca). Marcos permaneció en el pueblo durante varios años antes de decidirse a viajar a la India.

En la India pasó muchos años y ahí aprendió sobre khadi, el movimiento iniciado por Mahatma Gandhi. Allí vivió en el ashram de Gandhi durante dos años (1986-88).

En el ashram Marcos aprendió a hilar y tejer y comenzó a usar sólo ropa de su propio hilo y tela. ¡Comenzó a vivir el movimiento khadi!

De vuelta en Oaxaca, en los años 90, Marcos trajo una rueca diseñada por Gandhi a San Sebastián Rio Hondo y comenzó a enseñar a su familia del pueblo (la familia Ramírez) cómo hilar el algodón con esta rueca de madera. Hay una antigua tradición en el pueblo de hilar y tejer lana de oveja, por eso no fue difícil para la gente aprenderlo.

En 2010, Marcos y su esposa, Kalindi Attar, comenzaron a poner en marcha lo que hoy en día se conoce como Khadi Oaxaca. Se inició con Eliseo Ramírez Martínez y su esposa Felipa Ramírez Vargas, pioneros del proyecto, a través de un taller de hilado de algodón coyuchi con más de 30 mujeres del pueblo. Una vez tuvieron suficiente hilo, su buen amigo Remigio Mestas comenzó a convertir ese hilo en exquisitos huipiles tradicionales. El maravilloso trabajo de Remigio los inspiró a seguir adelante.

En 2012 aprendieron a tejer; empezaron a producir no solo hilo, sino también tela en varios anchos. “Fue muy intenso aprender la técnica del tejido del telar de pedal, ya que solo teníamos experiencia con el telar de cintura”, recuerda Eliseo, “esto no hubiera sido posible sin el apoyo de nuestros maestros Roberto Jiménez y Fernando Jiménez en Oaxaca”. Más tarde, aprendieron a trabajar con tintes a base de plantas. En 2014, Kalindi, Dominga Ramírez Ruiz y su hija Gemma García Ramírez comenzaron a diseñar prendas con telas Khadi, bordadas y cosidas a mano por las artesanas del pueblo. El proyecto Khadi Oaxaca recibió su primer reconocimiento público en octubre de 2014 con una exposición en el Museo Textil de Oaxaca.

Hoy en día, hay más de 650 artesanos en San Sebastián Río Hondo y sus alrededores que trabajan con Khadi Oaxaca y un equipo de doce personas que administran el proyecto localmente.

El papel actual de los principales fundadores

Marcos es el visionario y principal fundador de Khadi Oaxaca, junto con su esposa Kalindi Attar y los artesanos locales Eliseo Valeriano Ramírez Martínez y su esposa Felipa Ramírez Vargas. 

Todo el tiempo, la energía y las ideas, durante muchos años, han sido dados libremente por Marcos y Kalindi, quienes también han encabezado los esfuerzos de recaudación de fondos. Nunca se han pagado y no se pagarán salarios ni dividendos a Marcos y Kalindi. Sus aportaciones han sido totalmente voluntarias. Ahora, Marcos y Kalindi tienen un papel de guía en la organización, brindando sabios consejos comerciales y mantienen la vigilancia sobre la vida espiritual de la compañía.